lunes, 16 de noviembre de 2009



SEQUIA MUNDIAL



Señala la ONU que la degradación del suelo afecta a 1.200 millones de personas que viven fundamentalmente de la agricultura y la ganadería, y unos 200 millones sufren los efectos de la desertización hasta el extremo de verse obligados a abandonar sus tierras y emigrar.
Hay territorios especialmente afectados. En países como Kazajistan o Uzbekistán, los planes agrarios han convertido en desiertos miles de kilómetros cuadrados. Dramática es tambien la situación en el Sahel africano, el sur del desierto del Sahara, donde está avanzando la aridez en países como Malí, Mauritania, Chad o Senegal.
Tambien en España. La desertización afecta ya a más del treinta por ciento del territorio, localizado sobre todo en el sureste peninsular, aunque sus efectos se extienden también hacia el interior.

La belleza plástica del desierto esconde el drama de un territorio donde la vida queda reducida a mínimos territorios. Oasis en Libia. Imagen de Pedro de Castro. guiarte.com
Según el Ministerio de Medio Ambiente, casi 160.000 kilómetros cuadrados (de los 500.000 que tiene España) sufren un riesgo alto o muy alto de desertización. En las comunidades de Murcia, Valencia y Canarias, el riesgo de desertización alto o muy alto afecta casi al total del territorio.
Cuidar el agua.
Y el agua es escasa. En España la sequía aprieta. Las reservas de agua se encuentran en junio de 2006 en el nivel más bajo de los últimos diez años. Los embalses almacenan 30.103 hectómetros cúbicos, poco más del 50 por ciento de la capacidad. En la cuenca del segura sólo se almacena el 16 por ciento de la capacidad.
El país se deteriora. La sobreexplotación de los recursos hídricos, la tala indiscriminada de bosques, la agricultura intensiva (a menudo asociada al uso de variedades transgénicas) y el sobrepastoreo, los incendios, y la ocupación del suelo para el negocio inmobiliario resultan en gran parte responsables de esta situación.
A los problemas causantes de este fenómeno y de la sequía se suman los efectos que el cambio climático está provocando a nivel global. El aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones son sólo dos de los múltiples efectos producidos por el incremento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Las previsiones para la Península Ibérica son que los periodos de sequía serán más frecuentes y más intensos que los actuales.
Greenpeace, en el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, pide al Gobierno:
- Cambiar la política hidráulica tradicional centrada en la ejecución de grandes obras, que ha demostrado su ineficacia, hacia una gestión más hidrológica y ambientalista ya que el agua es un bien escaso y limitado, por lo que la solución a la escasez está en una gestión racional y de fomento del ahorro.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero para cumplir con Kioto, con una fuerte apuesta para el ahorro energético y la gestión de la demanda de energía y la sustitución de las centrales térmicas y nucleares por renovables.
- Tomar en cuenta parámetros medioambientales en la política energética. Actualmente está centrada en producir electricidad sin tener en cuenta los efectos del cambio climático y la escasez de los recursos hídricos.
- Proporcionar una política forestal acorde con las necesidades del país más árido de Europa, con medidas de reforestación y de control del suelo urbanizable, lucha contra incendios y talas indiscriminadas, que se protejan los bosques primarios
- Primar la agricultura ecológica y el uso de variedades locales adaptadas al clima en detrimento de los monocultivos intensivos y de las variedades transgénicas, altamente demandantes en agua, productos químicos y petróleo.
- Poner freno a la edificación desaforada asociada a la construcción de campos de golf, sobre todo salvaguardando las costas.
Otro tema importante es el de la biodiversidad.
Los ecosistemas de agua dulce en España - ríos, humedales, lagos y marismas, muchos de ellos dependientes de los acuíferos - son lugares con una biodiversidad muy elevada. El Informe Planeta Vivo de WWF demuestra que en todo el mundo, estos ecosistemas son los que más se están degradando. La situación en España es similar debido, principalmente, a la fragmentación, la contaminación y el excesivo consumo de agua.
En España existen ya más de 1.200 grandes embalses. En cuanto a la contaminación, sólo el 48 por ciento de las aguas residuales se depuran, nuestro país figura entre los países con mayor uso de plaguicidas por hectárea y hay más de 10.000 vertidos industriales al año.


Día Mundial de la Lucha contra la Sequía y la Desertificación.
Hoy 17 de junio se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Sequía y la Desertificación. Este día surge como consecuencia de la aprobación en 1994 por la ONU de la Convención de Naciones Unidas contra la Desertificación. El objetivo de esta convención era dar a conocer unos de los principales problemas que afectan a la Tierra y deseñar una serie de actuaciones tendentes a luchar contra él. La desertificación es un problema mal entendido y que, en más ocasiones de las que cabría esperar, tiende a la confusión. Se suele asociar con los desiertos (proceso natural que se denomina desertización). en cambio la desertificación es un proceso gradual que debe relacionarse con la degradación de los suelos. la gravedad de este problema, además de su cuantificación, radica en que afecta a la productividad de los suelos, a la producción de alimentos, favorece los procesos erosivos por pérdida de la cubierta vegetal e incluso tiene repercusiones negativas en zonas no directamente afectadas por este proceso, originando crecidas, salinización de suelos, etc. Todo ello puede originar problemas de alimentación, hambrunas, movimientos de personas, conflictos bélicos e inestabilidad política. Es por ello, por lo que debemos sesibilizar a los alumnos y alumnas sobre la magnitud del problema y las posibles soluciones que desde lo local podemos emprender.



http://www.youtube.com/watch?v=TtTf4TEKiuE


SEQUIA MUNDIAL
El Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra cada 17 de junio. El lema del 2009 es “conservar el suelo y el agua es igual a asegurar nuestro futuro común”.

Gracias a la actividad del ser humano y a la variación en el clima se está produciendo una grave degradación de los ecosistemas mundiales. La desertificación del planeta y la sequia provocan la destrucción de la cubierta vegetal y la erosión del suelo. La necesidad de agua por parte del ser humano cada vez es mayor. Si no conseguimos frenar la degradación de los ecosistemas los problemas y las desigualdades entre los países ricos y el tercer mundo irán en aumento.
La sequía, la desertificación, la extrema pobreza y la migración son una realidad que aun podemos corregir… por ahora.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebran una serie de actos para intentar concienciar a los gobiernos para que promuevan planes en materia de protección de los ecosistemas que tengan como principal objetivo el desarrollo de una gestión de las tierras agrícolas, de los recursos hídricos que frene la degradación de las tierras.
Hay territorios especialmente afectados. En países como Kazajistan o Uzbekistán, los planes agrarios han convertido en desiertos miles de kilómetros cuadrados. Dramática es tambien la situación en el Sahel africano, el sur del desierto del Sahara, donde está avanzando la aridez en países como Malí, Mauritania, Chad o Senegal.
Tambien en España. La desertización afecta ya a más del treinta por ciento del territorio, localizado sobre todo en el sureste peninsular, aunque sus efectos se extienden también hacia el interior.

La belleza plástica del desierto esconde el drama de un territorio donde la vida queda reducida a mínimos territorios. Oasis en Libia. Imagen de Pedro de Castro. guiarte.com
Según el Ministerio de Medio Ambiente, casi 160.000 kilómetros cuadrados (de los 500.000 que tiene España) sufren un riesgo alto o muy alto de desertización. En las comunidades de Murcia, Valencia y Canarias, el riesgo de desertización alto o muy alto afecta casi al total del territorio.
Cuidar el agua.
Y el agua es escasa. En España la sequía aprieta. Las reservas de agua se encuentran en junio de 2006 en el nivel más bajo de los últimos diez años. Los embalses almacenan 30.103 hectómetros cúbicos, poco más del 50 por ciento de la capacidad. En la cuenca del segura sólo se almacena el 16 por ciento de la capacidad.
El país se deteriora. La sobreexplotación de los recursos hídricos, la tala indiscriminada de bosques, la agricultura intensiva (a menudo asociada al uso de variedades transgénicas) y el sobrepastoreo, los incendios, y la ocupación del suelo para el negocio inmobiliario resultan en gran parte responsables de esta situación.
A los problemas causantes de este fenómeno y de la sequía se suman los efectos que el cambio climático está provocando a nivel global. El aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones son sólo dos de los múltiples efectos producidos por el incremento de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Las previsiones para la Península Ibérica son que los periodos de sequía serán más frecuentes y más intensos que los actuales.
Greenpeace, en el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, pide al Gobierno:
- Cambiar la política hidráulica tradicional centrada en la ejecución de grandes obras, que ha demostrado su ineficacia, hacia una gestión más hidrológica y ambientalista ya que el agua es un bien escaso y limitado, por lo que la solución a la escasez está en una gestión racional y de fomento del ahorro.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero para cumplir con Kioto, con una fuerte apuesta para el ahorro energético y la gestión de la demanda de energía y la sustitución de las centrales térmicas y nucleares por renovables.
- Tomar en cuenta parámetros medioambientales en la política energética. Actualmente está centrada en producir electricidad sin tener en cuenta los efectos del cambio climático y la escasez de los recursos hídricos.
- Proporcionar una política forestal acorde con las necesidades del país más árido de Europa, con medidas de reforestación y de control del suelo urbanizable, lucha contra incendios y talas indiscriminadas, que se protejan los bosques primarios
- Primar la agricultura ecológica y el uso de variedades locales adaptadas al clima en detrimento de los monocultivos intensivos y de las variedades transgénicas, altamente demandantes en agua, productos químicos y petróleo.
- Poner freno a la edificación desaforada asociada a la construcción de campos de golf, sobre todo salvaguardando las costas.
Otro tema importante es el de la biodiversidad.
Los ecosistemas de agua dulce en España - ríos, humedales, lagos y marismas, muchos de ellos dependientes de los acuíferos - son lugares con una biodiversidad muy elevada. El Informe Planeta Vivo de WWF demuestra que en todo el mundo, estos ecosistemas son los que más se están degradando. La situación en España es similar debido, principalmente, a la fragmentación, la contaminación y el excesivo consumo de agua.
En España existen ya más de 1.200 grandes embalses. En cuanto a la contaminación, sólo el 48 por ciento de las aguas residuales se depuran, nuestro país figura entre los países con mayor uso de plaguicidas por hectárea y hay más de 10.000 vertidos industriales al año
.